Introducción
En un entorno empresarial cada vez más regulado, exigente y competitivo,
adoptar un sistema de gestión ambiental (SGA) ya no es un cumplimiento básico, sino una decisión estratégica
. Sin embargo, muchas organizaciones inician su implementación bajo un grave error: subestimar el análisis del contexto organizacional.
La cláusula 4 de la norma ISO 14001:2015, establece que ningún sistema ambiental será eficaz si no se construye desde una comprensión profunda de la realidad en la que opera la empresa.
Ignorar esta etapa puede exponer a las organizaciones a sanciones legales, pérdidas operativas e impactos reputacionales que comprometen su competitividad a largo plazo.
La norma pide a las organizaciones determinar las cuestiones internas y externas que son relevantes para su propósito y afectan su capacidad para alcanzar los resultados previstos en su (SGA).
Estas cuestiones incluyen:
Internas: Procesos críticos, cultura de la organización, recursos disponibles, capacidades tecnológicas.
Externas: Legislación aplicable, condiciones climáticas, estabilidad política, competencia, cambios de mercado, percepciones sociales y tendencias ambientales.
Además, la organización debe identificar a las partes interesadas pertinentes (autoridades regulatorias, comunidades vecinas, clientes industriales, trabajadores, ONGs, etc.), y comprender sus necesidades y expectativas, especialmente aquellas que se transforman en requisitos legales u otros requisitos de cumplimiento.